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Reduciendo la huella plástica

Reduciendo la huella plástica

Las consecuencias de la pandemia en todo lo referido a la higiene y la salud, no sólo han revitalizado los ámbitos de definición, gestión y responsabilidad hacia los sistemas que impactan en el bienestar humano sino también en la sostenibilidad ambiental.

Las cuarentenas y aislamientos poblacionales, resultantes del contagio por coronavirus, permitieron medir los cambios provocados en el medioambiente natural ausente de presencia humana e impusieron  una mirada comprometida hacia el futuro.

En este sentido, la Organización Mundial del Turismo (OMT) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en colaboración con la Fundación Ellen MacArthur, se desviaron por un momento de la preocupación por la crisis que atraviesa el sector para regocijarse con la presentación de los primeros signatarios de la Iniciativa Mundial sobre Turismo y Plásticos; una actividad desarrollada en el marco del Programa de Turismo Sostenible de la red One Planet -asociación de múltiples partes interesadas en la implementación del ODS 12 sobre Consumo y Producción Sostenibles- con el fin de desarrollar un plan de acción público-privada que aborde las causas profundas de la contaminación por plásticos y refuerce las medidas necesarias para la reducción de la huella plástica.

Recordemos que tiempo atrás, una investigación realizada en Argentina dejó como saldo el hallazgo de diminutas partículas de plástico en lagos de la Patagonia, algunos de ellos ubicados en zonas casi vírgenes. Los nueve lagos estudiados fueron la represa Florentino Ameghino, el lago Pico 1, el lago Los Niños, el lago Vintter, el lago Pico 4, el lago La Plata, el lago Fontana, el lago Toro y el lago Musters, siendo éste último el único que presenta una alta población a sus alrededores con una ciudad -Colonia Sarmiento- de 11.000 habitantes que suministra agua a 254,000 personas. El lago con el mínimo valor de microplásticos fue la represa Florentino Ameghino (0,3 MPs/m-3) y el máximo se halló en al el lago Vintter (1,9 MPs/m-3).

Para mayor preocupación, se suman los números nacionales. De acuerdo a las cifras del Banco Mundial, Argentina se encuentra entre los 25 países que más desechos produce. De las 2.705.318 toneladas de residuos plásticos que se generan, 272.967 no se recolectan y el 23% del total termina en vertederos de basura sin regulación, generando un riesgo latente para las napas.

Con una Patagonia extensa en costas marítimas y profusa en sistemas lacustres, habrá que entender que la falta de control sobre la cantidad de plásticos que terminan en los océanos y espejos de agua, genera efectos devastadores sobre los recursos naturales, la vida silvestre y los ecosistemas, y estos sobre el turismo.

Más de 500 especies de animales marinos en el mundo terminan afectados por los residuos plásticos; eso sin dejar de tener en cuenta incluso que los humanos estaríamos consumiendo desechos plásticos a través de los alimentos y el agua potable, con efectos aún desconocidos.

Por eso, entendiendo la responsabilidad de reconstruir -a medida que se reactive el sector turístico- una nueva realidad que incluya medidas de salud e higiene con impacto ambiental significativo, el programa propuesto por la OMT, renueva el objetivo de lograr un mayor control sobre la eliminación adecuada de los productos tradicionales a los cuales hoy se anexan guantes, mascarillas, botellas desinfectantes que pueden terminar contaminando los entornos naturales alrededor de los principales destinos turísticos. 

“Necesitamos adoptar un enfoque basado en la ciencia y apoyar a los gobiernos, las empresas y las comunidades locales para garantizar que estamos tomando las medidas más efectivas para proteger la higiene y la salud sin crear contaminación ni causar daños a nuestro entorno natural. Estas recomendaciones sobre higiene y plásticos desechables pueden ayudar al sector turístico en sus esfuerzos hacia una recuperación responsable” comentó la Directora de la División de Economía del PNUMA, Ligia Noronha.

Mientras tanto, empresas líderes como Accor, Club Med y el grupo Iberostar consolidan en el mundo, su compromiso de combatir la contaminación por plásticos a través de la publicación de las recomendaciones al sector, convirtiéndose en los tres primeros signatarios oficiales de la iniciativa, junto con más de veinte signatarios de todos los continentes, incluidos actores clave de la industria y otras organizaciones de apoyo como el Fondo Mundial para la Naturaleza (VWWF). Todos ellos actuarán como multiplicadores, ante la preocupación mundial sobre la amplia distribución, permanencia y efectos del material plástico sobre los ecosistemas.

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