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El tiempo de un Turismo Descentralizado para Chile

Cumpliendo con el Programa de gobierno 2022-2026, Chile inició el trabajo de elaboración de la Estrategia Nacional de Turismo Descentralizado, que busca el desarrollo de destinos turísticos, incorporando la participación y visión de la sociedad civil y sus instituciones y brindando una hoja de ruta para todos los actores involucrados en la industria.

El programa que surgió del consenso de mesas ciudadanas y consultas online en todo el territorio nacional trasandino, se orienta a un diseño con cuatro perspectivas transversales de las que no escapa ninguna de las propuestas del gobierno nacional: la igualdad de género, la transición ecológica justa, la descentralización y la garantía del trabajo decente.

Más allá de sostener la aspiración de la justicia social y la desconcentración del poder, el programa entreteje una red de participación ciudadana que da sentido representativo a las acciones que se promuevan bajo el sello de una conciencia a compartir.

De ahí que sean tres los desafíos principales que afrontará Chile de cara a la elaboración de esta estrategia: recuperar la economía tras los números negativos que dejó la pandemia, avanzar hacia una sociedad que ponga en el centro la sostenibilidad de la vida, el cuidado, la seguridad y el bienestar de las personas y las comunidades y la profundización de una democracia que afronta cambios.

Paralelamente, la Estrategia Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias para la industria del turismo de Chile, la ejecución del plan de inversiones a 4 años que aborda la instalación de infraestructura turística en diferentes espacios naturales administrados por el Estado, el rediseño de los subsidios laborales con fuerte enfoque en el trabajo femenino,  los programas de cuidados que apoyan la inserción laboral de las mujeres y la inversión pública verde con impactos en la adaptación o mitigación de la crisis climática generando una nueva institucionalidad ambiental, resultan claves para los planes de un gobierno que se apoya en la Agenda 2030 para recibir los beneficios que puede llegar a aportarle la comunidad mundial.

De este modo, coordinado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el programa pensado a largo plazo, constará de tres fases que consistirán en actualizar los diagnósticos existentes y caracterizar el escenario turístico a nivel regional y nacional para lo cual se realizará una primera ronda de entrevistas y encuestas a actores claves, la elaboración de una propuesta de diseño participativo y  la revalidación de la misma a través de 16 foros regionales y algunos talleres presenciales y online con asociaciones y gremios, consejos de la sociedad civil, fundaciones y ONG, academia, corporaciones municipales, prestadores de servicios turísticos, medios de comunicación y trabajadores en general, para finalizar con los ajustes necesarios que den marco al desarrollo turístico de cada región.

Pero más allá de los procesos técnicos que se implementen y de los fundamentos y objetivos estratégicos que fortalecen actividades como el turismo, el principal impacto para Chile vendrá a partir del cambio de paradigma entre el histórico carácter centralizado, hiper-presidencialista y burocrático evidenciado en la desigualdad entre  Santiago y el resto de las regiones del país, hacia un Estado que podría estar mejor distribuido en cuanto a poder, infraestructura y servicios; pero para ello se  requerirá de una buena distribución de los recursos que atienda los actuales desequilibrios, mucha conciencia de unicidad nacional y una gran construcción ciudadana.

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