Destinos

Destinos en digital, una oferta que no cesa

Foto: Gerard Altmann (Pixabay)

Web + Redes + Soft

Todas las fases del proceso de planificación de un viaje se encaminan a una búsqueda que atraviesa desde canales online hasta indicadores de posicionamiento respecto de la competencia, alcance de la demanda, la recomendación de influencers, desarrollo de contenidos de medios de comunicación y bloggers.   

Esto deriva en un relato digital impulsado especialmente desde el ecosistema local, compuesto por la web y las redes sociales del destino y de cada uno de sus referentes. Todos sin excepción, crean un discurso, un tono y un estilo visual reconocible, un sello de marca, diseñada a partir de una arquitectura de los contenidos pensados para cada uno de los diferentes públicos y mercados turísticos. La intención primera es atraer al turista al destino; sin embargo, no termina ahí el trabajo de generar el movimiento económico que se necesita.   

Los destinos que ya cuentan con una marca construida, necesitan entrenar en la promoción de sus espacios que respondan a las especificidades identitarias de sus geografías, de lo novedoso, de lo diverso de su oferta, invitando a conocer y vivenciar más allá de los circuitos clásicos. Una oferta que puede estar planteada incluso para segmentos específicos de interés como el bird watching, safaris fotográficos, turismo religioso o científico.   

En este sentido, la estrategia de posicionamiento también se construye en el lugar, determinado por un agente promotor despierto que detecte la oportunidad de proponer y orientar al turista y capitalizado por el destino para organizar el funcionamiento de una indexación digital de la oferta en donde debieran colaborar los demás eslabones de la cadena comercial. 

Entre los factores que intervienen con fuerza en esta tarea, la investigación y la innovación resultan necesarias y deben incorporarse como resultado del dinamismo constante de la actividad. La competitividad es enorme y todos miran lo que hacen los otros, por eso es imprescindible la correcta identificación de las tendencias alcanzables por los pulsos propios de cada destino, medibles en los resultados de los relevamientos. La reputación de marca se hace interactuando con la opinión de la gente y la marca se construye a partir del posicionamiento público entre usuarios, visitantes, turistas, clientes y residentes. 

La marca digital consigue revalorizar activos de la oferta turística definidos en términos económicos. Recursos naturales, culturales, históricos, monumentales, infraestructurales, gastronómicos, de ocio; o sea el CAPITAL con el cual se hace atractivo el destino. 

Hay un poder en la información que da una ventaja competitiva, pero todos en el destino deben estar entrenados en la comprensión de esta visión, incorporando procederes y  exaltando los diferenciales que ponen a los circuitos turísticos y ofertas de servicios en relevancia. Esto se resuelve planificando y desarrollando estrategias de comunicación, hoy pensadas en relación a lo digital -un recurso que usan los viajeros en el armado de su viaje- y a la concientización de un habitante que debe quedar involucrado como promotor de la marca

Otras notas de interés

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más en Destinos