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Reserva Parque Luro: Historia, Naturaleza y un Bosque Único de caldén

Son siete mil seiscientas hectáreas de las cuales sólo mil doscientas corresponden al área turística más icónica de la provincia de La Pampa. Es la única reserva natural en el mundo que conserva el ecosistema del bosque de caldén, un árbol autóctono de la República Argentina, leguminoso y espinoso, propio de las regiones templadas secas.

Situada en el valle de Quehué, y a 35 km al sur de Santa Rosa, la capital pampeana, la Reserva Parque Luro, se vive como un paraíso con gran diversidad de flora y avifauna distribuida en tres ambientes naturales, representados por el monte de caldén, la laguna y el medanal.

Cruzada por senderos de interpretación autoguiados, la reserva -una de las once áreas protegidas del sistema provincial- disfruta de atardeceres invadidos por manadas de ciervos que en las épocas de celo -unos cuarenta y cinco días entre marzo y abril- se escuchan en brama.

Los ñandúes y sus charitos buscan el alimento, entremezclándose con las 160 especies de aves que se asientan en el territorio, sumados a las colonias de flamencos. Atravesando el camino del turista visitante, los rastros de una fauna que no se deja ver, marca presencia con sus huellas. Zorros, pumas, guanacos, zorrinos, gatos monteses y jabalíes, pueden descubrirse apenas concentrando la mirada en la tierra.

Pero en la Reserva se manifiestan también otros rastros, los de la historia. Durante la primera década del siglo XX, Pedro Olegario Luro decidió instalar dentro del bosque el mayor coto de caza del mundo y el primero organizado del país. En él se llegaron a reunir personalidades de alto nivel que supieron alojarse en sus tiempos de esplendor, en el imponente castillo de estilo francés que conforma el casco de la estancia San Huberto, hoy declarado Monumento Histórico Nacional. Allí se llevó a cabo la importante cruzada por la provincialización de La Pampa y las reuniones para debatir el cambio jurídico territorial.

La visita guiada recorre también, el Museo “El Castillo”, el Tanque del Millón, el Tambo Modelo, las antiguas caballerizas y el Museo San Huberto con la exhibición de 15 carruajes de época.

El Castillo – Reserva Parque Luro

Sin embargo, la historia del predio comienza bastante antes, con la Conquista del Desierto. Fue entonces cuando Antonio Ataliva Roca, hermano del presidente Julio Argentino Roca, recibe por Ley de Premios, 180.000 hectáreas en la zona del caldenal. Repartidas en vida entre sus hijos, una parte de las tierras termina en manos de una de sus hijas y de su esposo, Pedro Olegario Luro Pradere que funda el «Establecimiento San Huberto», en homenaje al santo europeo protector de los cazadores y lo puebla importando desde los Cárpatos, ciervos colorados y jabalíes que son liberados dentro de un cercado de 800 hectáreas.

Corría el año 1909 y todo parecía encaminarse a una vida coloreada por la actividad empresarial y política que lo llevó repetidamente a Europa. Pero, al finalizar la Primera Guerra Mundial, los europeos dejan de llegar a la estancia y Luro se va desinteresando por el lugar. Una importante deuda contraída con el Banco Hipotecario Nacional, finaliza con el remate de la propiedad tras su muerte, y la misma es adquirida por Antonio Maura y Gamazo, nacido en Madrid el 6 de junio de 1885. Casado con Sara Escalante, viuda de Jorge Newbery, ambos se quedan a vivir en el lugar, produciendo modificaciones a la propiedad, dedicada esta vez a la cría de caballos de polo y a la explotación del bosque de caldén. ​

Pero al fallecimiento de Maura, en 1964, Inés Maura de Roviralta, su única hija, vende parcelas al Gobierno de La Pampa, dividiendo el resto entre sus descendientes y tras  varias restauraciones, queda constituida finalmente en la Reserva Provincial Parque Luro luego de la promulgación del decreto 1635.

Como el hotel Edén de La Falda en Córdoba, tampoco faltan en El Castillo, historias de fantasmas, algunas retratadas por una cámara absorta por el hallazgo. Llamativamente compartiendo las leyendas que circundan instancias de visitas internacionales, lujos de época, abandono, deudas y cambios de propiedad, ambas construcciones generan la mítica necesaria para erigirse en interesantes propuestas turísticas que atraviesan el centro del país, para sumergirse en este caso, en la Patagonia Argentina.

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