Ana Casale – Desde Argentina.
Entre los meses de octubre y diciembre de 2020, Chile a través de FEDETUR y Argentina a través de la Cámara Argentina de Turismo, generaron adhesiones al “SAFE TRAVELS”, un sello de cobertura internacional que crearía un marco de “destino seguro” para el país, la localidad y el establecimiento adquiriente, a partir de la adopción de protocolos globales que el WTTC (Consejo Mundial del Viaje y el Turismo) impuso como alineamiento a las mejores prácticas para el reinicio y aceleración en la recuperación del sector turístico frente al COVID 19.
Consecuente con ello, se desarrollaron capacitaciones para asegurar y garantizar un marco de autoevaluación y adecuación que facilitara el restablecimiento de la actividad turística en el mundo, sirviendo de guía para gobiernos, proveedores turísticos, operadores y viajeros acerca del enfoque sanitario a adoptar bajo el efecto de la pandemia.
Sin embargo, a dos o tres meses de cumplirse la vigencia para su renovación, el sello globalizado no parece haber resultado suficiente para que Argentina o Chile sean reconocidos por el mundo como “países turísticamente seguros”, no ganó la confianza de sus gobiernos para la planificación de un calendario de fronteras abiertas, ni ganó un puesto en la promoción local como factor diferencial para el visitante.
Ezequiel Barberis, vicepresidente de la Cámara de Turismo de Bariloche y presidente de la Asociación de Agencias de Viaje y Turismo de Bariloche (AAVYTUBA), comenta que para el pasajero argentino, el SAFE TRAVELS no es un parámetro que lo haga elegir un prestador o un hotel, pero para el operador extranjero que vende los servicios receptivos de los distintos destinos, es la garantía exigida para el intercambio turístico (escuchar audio).
Entendiendo que todo nivel de exigencia sanitaria en este contexto resulta positiva, Barberis ilumina un concepto: la instancia promocional del sello suma un valor diferencial, por lo que se hace necesario resaltarlo más, permitiéndole al pasajero la claridad respecto de que los servicios adheridos, ofrecen las medidas de seguridad necesarias para un buen servicio. Paralelamente, no deja de realizar también una autocrítica para el propio sector que no logró defender esta condición local, provincial y regional de puesta en práctica de los protocolos internacionales, frente a la decisión del gobierno de mantener cerradas las fronteras.
El “Safe Travels” cuenta con cuatro pilares básicos para su implementación: preparación operativa y del personal, garantizar la experiencia segura, reconstruir la confianza, e Implementar políticas adecuadas. Y en este último sentido, parecería que la provincia de Neuquén, se adelanta a las decisiones nacionales, definiendo anticipadas políticas de apertura. El presidente de la Asociación de Hoteles y Restaurantes de Villa La Angostura, Martín Suero, comenta que su localidad se encuentra trabajando junto con la ministra de Turismo Provincial, Marisa Focarazzo, la reapertura internacional con base en actividades deportivas bajo sello Safe Travels; una experiencia inaugural que permitirá traer eventos importantes en cuanto a repercusión y número de participantes con un importante reposicionamiento del turismo extranjero, fundamentalmente en el verano.
Con visión positiva, cree que la solución surge de la actividad conjunta entre nación, provincia, municipio y privados, que bajo el sello Safe Travels, no dejan de lado a un pasajero informado y obligado a naturalizar una nueva forma de viajar (Escuchar audio).
Al igual que la presidente de la Cámara de Turismo de Bariloche, Belén García Bertone, señala «off the record», la importancia del acompañamiento de los gobiernos en el control de la obediencia a los protocolos, dejando en claro que la respuesta a la recuperación de la actividad, se encuentra, no sólo en la adecuación del sector privado, sino también en el interior del funcionamiento gubernamental.
Así como Suero asegura que en la Villa los controles resultaron fundamentales para asegurar un bajo nivel de transmisión del virus en la localidad, García Bertone, en Bariloche, reclama una mayor presencia del estado en este sentido. Confiando en la apuesta que la ciudad hizo con su adherencia al sello, no deja de señalar que la misma estuvo inspirada en la decisión de un mercado internacional que impuso sus reglas, y que fue determinante para definir el trabajo de los prestadores en cuanto a protocolos y readecuación de las infraestructuras y servicios turísticos. Sin embargo, acepta que todavía no resulta una herramienta diferenciadora para el visitante nacional e interpreta que la renovación vendrá “en la medida de que esto sea valorado por alguien, manifestando una diferencia competitiva a la hora de las ventas (Escuchar audio).
Karina Bayón, presidente de la Cámara de Turismo de El Bolsón, por su parte, refuerza otro concepto; para ella el turismo es una actividad que siempre tuvo que manejarse en el marco de la responsabilidad ante el pasajero, sólo que esta vez, ante la pandemia y la necesidad de alinearse con un mundo protocolarizado, debió sumar más ajustes y reglas favorables a las condiciones de salubridad e higiene que ya estaban en vigencia. Defensora del argumento de que el turismo no ha sido factor provocador de la circulación pandémica -conclusión con base en encuestas realizadas así en su localidad como en otras- , Bayón considera que si la certificación que brinda el sello global, avala a quienes se rigen por los protocolos mundiales y esto permitió en muchos países abrir las puertas del turismo, esto debe permitir próximamente restablecer la normalidad del turismo extranjero con la apertura en las fronteras. (Escuchar audio).
Finalmente, Daniel Feldman, director a cargo de Hoteles y Hostel del Glaciar & Patagonia y de Backpackers, empresa de viajes, transporte y turismo en El Calafate, expresa un cierto recelo en cuanto a la valoración del sello como propulsor de la reactivación turística de la localidad santacruceña. En tanto se utilice exclusivamente como una herramienta de imagen y promoción de destino, sin el complemento de una buena contraprestación de un estado más identificado con la necesidad de rehabilitación de los vuelos del exterior, la apertura de fronteras bajo sistemas de burbujas con ciertas localidades de Chile y otras acciones, no cree que despierte mayor interés frente a la próxima renovación.
“Para que el sello tenga sentido –dice- tiene que estar atado a regulaciones legales que generen impacto medibles en cuanto a productividad económica, contratación de mano de obra o inversión.” Mientras tanto, Argentina sigue dependiendo de la apertura de la frontera con Chile, de las apreciaciones de otros países que hoy recomiendan a sus poblaciones no viajar a estos destinos y de la imprevisibilidad de políticas y variantes virósicas. (Escuchar audio)
Finalmente, en la intimidad que permite reflexionar cada entrevista, surge un dilema ¿certificamos por generar instancias de competencia y competitividad o porque queremos resolver un mundo para un turismo de puertas abiertas? ¿Nos quedamos con objetivos cortos en busca de ofrecer confianza en el visitante o queremos que el sello impacte en el crecimiento y productividad de las localidades re-abriendo las puertas de un mundo que no está pudiendo reencontrarse con su libertad de decidir? Quizás la respuesta no esté tan dirigida al empresario privado sino a un estado consciente de su rol como proveedor del marco necesario para el desarrollo pleno y autónomo de aquellas sociedades y habitantes que le dan origen y sustento y que necesitan regulación más que prohibición.
En la nota gemela que surge de nuestra propia integración como medio, veremos en próximas ediciones qué dice la Patagonia Chilena.
