Historias vívidas de aventuras en el mar
Décadas atrás surcaban el Mar Argentino construyendo historias de pescadores, tormentas y naufragios. Algunos de ellos se cansaron de mostrar sus glorias ganadas en el puerto de Mar del Plata, donde encontraban el descanso deseado tras sus embates de pesca.
Hoy forman parte de un patrimonio que se oculta bajo la profundidad del mar, dispuestos a otro desafío. La historia que sobrevive a la muerte, para integrar un paisaje de fauna marina y geografías poco exploradas y siempre enigmáticas.
Así, es el escenario del Parque subacuático de Las Grutas, un espacio intervenido bajo el criterio de una oferta de turismo activo que hoy se ve amalgamado con el arrecife artificial encarnando sobre el esqueleto de viejos navíos sumergidos. La pretensión es no ser olvidados. En el fondo del mar yacen, ofreciendo la posibilidad de concretar nuevas glorias para los practicantes del buceo. A ellos se llega recorriendo los siete kilómetros y medio que distan entre parque y la costa de la villa balnearia rionegrina, un lugar preparado para recibir a este segmento de turismo deportivo y trascender la oferta centrada en una única temporada.
Una propuesta que también implica el cuidado de ciertos detalles que no sólo hacen al turismo sino también a la preservación de los recursos. Por eso, bajo el interés de sostener un medio ambiente protegido, fue vital la intervención de un taller naval especializado que se abocó en cada instancia de desguace y hundimiento de las embarcaciones, a realizar una rigurosa tarea de limpieza para evitar fugas contaminantes de hidrocarburos y cortes y desmantelamientos de estructuras riesgosas para los buzos y la fauna marina.
Con las embarcaciones Don Félix, sumergida en 2007, Mariana Rojamar -primer naufragio argentino habilitado con ingreso para buceadores- y Chiarpesca 59, en el 2019, se comenzó el proyecto de este parque subacuático que se completó meses atrás, con el hundimiento del «PolarBorg I», un buque pesquero fresquero, de bandera argentina, con 45 metros de eslora, construido en 1975. A la espera del Magdalena María I y II, el proyecto, elaborado por la empresa de buceo Cota Cero en el marco de la ley nacional que regula el turismo activo y con el financiamiento de los gobiernos nacional y provincial, logró un valor superlativo convirtiéndose en el parque subacuático de buceo más importante de América Latina.
Quién se atreva a bajar a las profundidades para conocer los secretos del mar Argentino, encontrarán además dos símbolos y un atractivo inesperado: la única Rueda Rotaria que perdurará por siempre en las profundidades del mar, dejando en claro la universalidad institucional del club de los seis rayos, y también a Stella Maris, la Diosa del Mar, iluminando el camino de quien decida embarcarse en la aventura de recorrer el parque. Pero también la bodega submarina de Las Grutas que participa del paisaje novedoso que plantea la costa atlántica.
Un lugar único diseñado para un segmento deportivo que encontrará en esta propuesta lo más deseable: diferentes niveles de dificultad con la opción de explorar el lecho marino en un espacio que combina antiguas embarcaciones, algunas sorpresas y un ecosistema donde se reproducen los arrecifes artificiales y se multiplica la vida marina.
