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La digitalización como herramienta de recuperación del turismo

El revés que atravesó el sector turístico mundial durante este 2020, va reencontrando cierto equilibrio en positivo, cuando se analizan estadísticamente los patrones de búsqueda y reservas direccionadas principalmente hacia los medios digitales.

El aislamiento, el sostenimiento de un cierre temporal obligado de comercios, agencias de viajes y proveedores de servicios, llevó a mucha gente a instalarse en la práctica de operar y contratar servicios desde sus casas, lo cual precipita casi sin posibilidad de demora, la digitalización del sector turístico para su adaptación a la nueva realidad del mercado.

Sin embargo, y pese a la solución visualizada por la Organización Mundial del Turismo frente al alza de las ventas online, la cada vez menor intermediación entre el cliente y las ofertas directas, avanza sobre uno de los sectores más lastimados de la economía de los últimos años, las agencias de viajes.  

“Promover la digitalización para crear soluciones innovadoras e invertir en conocimientos digitales”, dice la OMT, pero la realidad es que aún cuando las empresas turísticas emprendan este tipo de estrategias, va a ser difícil volver el tiempo atrás, si no se amplían las capacidades para comprender mejor las necesidades y tendencias de los viajeros, hacer un seguimiento de ellas o crear y comercializar experiencias innovadoras.

Un poco de tecnología, un poco de flexibilidad ante los profundos cambios que se producen en el mundo y mucha creatividad, serán los factores de la superación en el terreno de la recuperación; pero la reactivación también dependerá de la planificación de los estados y el aporte que estos hagan en pos de favorecer desde un objetivo fijado, un flujo empresarial potente que revitalice el crecimiento de la región.  

En Aysén, Chile, los objetivos institucionales prioritarios, como los del CORFO -la Corporación de Fomento de la Producción dependiente del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, creada para apoyar el emprendimiento, la innovación y la competitividad privada y el fortalecimiento del capital humano y las capacidades tecnológicas- giran alrededor de la aceleración en la digitalización de las PYMES, rompiendo así las brechas tecnológicas generadas por la falta de adecuación a los tiempos que corren. 

Al inicio de la pandemia, un informe del Sernatur Aysén, reveló que sólo la quinta parte de las empresas relevadas sobre un total de 600, usaban sus páginas web para recibir reservas, de las cuales algo menos de un tercio, aseguró contar con un carro de compras. Tampoco resultaron favorables los números al consultar sobre el uso de plataformas OTA (Agencias de Turismo Online); hoy muy utilizadas por los turistas para la compra directa de servicios en destinos turísticos. Según el dato recogido, casi un 60% de las empresas no utiliza ninguna OTA, el 20 % utiliza Booking y un 15 % Tripadvisor, perdiendo así la visibilidad que estas herramientas ofrecen al empresario de turismo y al destino para competir. 

Frente a la contundencia de los números, la digitalización se ha convertido en el eje principal del plan de trabajo proyectado a partir del Programa Estratégico Regional de Turismo (PER) de Aysén, donde se plantea la necesidad de adoptar tecnologías no solamente para la conexión con potenciales mercados turísticos, sino también para el desarrollo y gestión sustentable del destino, decidido a convertirse en “Destino Turístico Inteligente”. 

Por ejemplo, un dato relevante es que casi un 90% de las empresas consultadas, sólo ofrecían en marzo, medios de pago en efectivo, y sólo un 30% de ellas contaba con algún medio de pago electrónico con tarjeta bancaria. 

Las facilidades que deben pensarse en favor de la comodidad y accesibilidad del potencial turista, no se veían reflejadas en la encuesta; una dificultad implícita para cualquier oferta redituable.  

En el caso del turismo rural todo se vuelve aún más complicado. Muchos emprendedores en la región son personas mayores que difícilmente se sientan inspirados culturalmente a la adopción y comprensión de las nuevas tecnologías, y a la complejidad de las herramientas disponibles para desarrollar marketing y promoción, por lo que se espera que el Centro Tecnológico de Turismo CETUR UNAB -cuyo trabajo es la implementación de tecnologías y asistencia técnica especializada en la materia a las empresas de turismo de Chile- proponga oportunidades para el seguimiento y la colaboración que se requiera en favor de la recuperación.

La era de la tecnología está más vigente que nunca y la prueba de la reactivación probablemente sólo sea celebrada por quienes se ajusten al concepto de una inteligencia artificial flexible a las necesidades del entorno y gestionada por la creatividad y los intereses humanos.

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