Organizar esta edición 2021 del “Bariloche a la Carta” significaba un desafío: sostener la plataforma de difusión turística que ofrece el sector gastronómico a la ciudad, en ese tiempo obligado a medir fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades.
A cada paso, tras esta pandemia, la actividad turística arriesga fuertemente su futuro y el BALC fue una de esas primeras experiencias nacionales que abrieron el juego de las instalaciones feriales.
“Destruir y reconstruir” dice Lucio Bellora, director del evento que convoca a una sinergia entre los sectores públicos y privados en todos sus segmentos y niveles. Frente a este ecosistema actual no es difícil entender que hay que tirar abajo algunos muros de contención ya ganados para construir desafíos innovadores.
De las cosas que se sostuvieron en el tiempo con cierta comodidad, el circuito gastronómico con setenta restaurantes y la presentación tradicional de un menú específico por establecimiento, con beneficios y descuentos para quienes adquieren sus tarjetas de presentación, mantuvo su disponibilidad de 28 mil a 30 mil cubiertos sólo para la atención del BALC. La apertura de un turismo protocolarizado permitió el resto.
De las cuestiones que demandaron cuidados especiales y algunos cambios en su formato, la feria de productos fue una de esas paredes a reconstruir. Una mixtura de gazebos y food trucks al aire libre cubrieron con distanciamiento claro, el histórico Centro Cívico de la ciudad. Una entrada de 80 pesos que podía adquirirse a través de distintas aplicaciones derivadas a un código QR y turnos de dos horas de permanencia en el predio, quizás se convirtieron en esas medidas incómodas pero necesarias para el control de una circulación libre de todo riesgo. Las experiencias de años anteriores significaba una masividad poco ajustable a las posibilidades del presente.
De los cambios, el delivery a toda la ciudad, pareciera que llegó para quedarse. Esta edición especial, BALC- Verano pudo disfrutarse desde donde uno estuviera y llegar a todos.
Probablemente menos consagrados a la permanencia de un único formato, las clases magistrales se impartieron este año “vía streaming”, desde lugares muy emblemáticos de Bariloche y sin cordero solidario, pero facilitando mucho la difusión de la imagen en el mundo. Probablemente, más adelante, se pueda pensar en la hibridación, pero como sea, el sistema llegó para quedarse.
Sin embargo, entre lo constante y lo cambiante, no deja de existir ese punto de idealización actual tan dependiente de la realidad futura: octubre. Esa fecha fijada en el calendario anual de la ciudad, pensada para una tiempo en donde el turismo requiere imanes de atracción y los sectores activos de la actividad, ideas.
Lo demás, no te lo contamos nosotros. Te lo cuenta Lucio Bellora en esta entrevista exclusiva de ENFOQUES PATAGONIA, destinada a ir más allá del evento para sumergirnos en los fundamentos atrás de una acción promocional.
